Belén, Catamarca
Erigida en un pintoresco paisaje serrano, en el centro de la provincia de Catamarca y a la vera del río que repite su nombre, Belén seduce al turismo desde su territorio, cubierto en gran parte por cordones montañosos, y conformado por profundas y magníficas quebradas.
En sus valles fértiles se cultiva la nuez, la uva y el anís, mientras su fauna se constituye preponderantemente por vicuñas y llamas. No obstante, si es necesario destacar un atractivo, debe reconocerse la importancia de las artesanías, principalmente del tejido que le concede a todo el departamento la categoría de “Cuna del Poncho”.
También sobresalen las
bodegas de vinos regionales que invitan a deleitarse con sus sabores, y la explotación minera de
Farallón Negro, desde donde se extrae oro y plata como minerales de mayor importancia; sin dejar de ser significativa, dentro de la producción general, la elaboración artesanal de dulces bajo la conservación de antiquísimas recetas.
Monumentos históricos, museos, antiguas iglesias,
yacimientos arqueológicos, festividades folklóricas, las
Ruinas de El Shincal, conforman en parte la cautivante cartelera turística de
Belén, a la cual se suman con sus atractivos pequeños poblados de los alrededores y
baños termales recomendados para diversas afecciones.
Turismo de Belén
Pequeño lugar pleno de variedades turísticas, la ciudad de Belén seduce al visitante apasionado por la historia con la misma fuerza con que conquista a quien busca purificación y tranquilidad en marcos naturales. Inserta en el centro mismo de Catamarca, constituye un punto clave para conocer el pasado, las tradiciones y las bondades de esta provincia.
Belén comienza a disfrutarse desde el poblado mismo, encontrando en las cercanías el Molino Histórico, hito del lugar en las diferentes épocas pasadas, y encantador espacio para el camping y las actividades recreativas en la actualidad. Otro atractivo próximo al centro urbano es el Mirador de Belén, que domina el paisaje desde la cima del Cerro Oeste donde se erige el Monumento a la Virgen, visitado por multitudinarias peregrinaciones en oportunidad de cada Semana Santa.
Pero si hay un ambiente que el turista no puede dejar de visitar a su paso por Belén, ese es el
Museo Arqueológico protector de las culturas Condor Huasi y Aguada, el cual exhibe elementos originarios de los períodos precerámicos, cerámicos y alfarero tardío, permitiendo un acercamiento a las civilizaciones aborígenes que forjaran las raíces de la región.
Londres, la segunda ciudad más antigua del país y Capital Nacional de la Nuez; las
Ruinas de El Shincal, un parque arqueológico protector de lo que habría sido la capital de una provincia incaica; y un circuito por pequeños poblados engalanados por la existencia de
aguas termales, completan la cartelera turística de
Belén, sin agotar su belleza paisajística que se expande en serranías, valles, quebradas y campos de cultivo.