De gran valor para sus fieles, la Iglesia Dinamarquesa también se destaca por su imponente arquitectura. Inaugurada en 1931, fue una obra de los arquitectos dinamarqueses Rönnow y Bisgaard que eligieron el estilo neogótico para este templo. Una escalinata permite el ingreso; una torre lateral se eleva escalonada; dos líneas de ventanas completan el frente de color ladrillo de esta llamativa edificación. Además del templo, cuenta con salones congregacionales; vivienda para caseros; y una casa pastoral.