Iruya, Salta
Impactante desde el camino que conduce a ella, Iruya aparece perdida entre las montañas de Salta y casi desconectada del resto del territorio. Una insólita variedad de colores alucina la mirada a lo largo de todo el recorrido de acceso, haciendo de perfecto preludio a esta ciudad enajenante erigida en una especie de espoleo montañoso.
Iruya es un pueblo con más de dos siglos de historia donde la luz eléctrica de red llegara por primera vez en el año 2000, trayendo con ella las útiles heladeras y la fascinante tecnología de los enchufes, para que al poco tiempo Internet mostrara otro mundo a la escuelita local.
Infiltrada la modernidad, no logró romper con la
tradición protegida con tanto fervor por los habitantes de la localidad. El poblado conserva sus calles angostas, empinadas y empedradas, con casa de adobes, piedras y paja; y los iruyaños persisten en su simpleza, sus vestimentas y costumbres.
Poco habituados a las grandes afluencias, los lugareños se preparan para la inesperada fama turística de sus tierras con propuestas de
Ecoturismo Cultural. Entre las cuales destacan la
Finca El Potrero, que ofrece la posibilidad de experimentar un encuentro con la cotidianeidad del Pueblo Kolla; las
Ruinas Indígenas de Titiconte de gran importancia arqueológica; y el pequeño poblado de
San Isidro, excursión típica de
Iruya, concretable a pie o a bordo de vehículos 4x4, siempre acompañados.
Las condiciones climáticas de la zona la tornan propicia para ser visitada en el período extendido entre junio y octubre.
Turismo en Iruya
Iruya es circuito de trekking, es desafío constante a los pies del turista, es animarse a más en la crudeza del paisaje, pero nunca sin guía. Es que en este paraje casi aislado de Salta y del mundo, la caminata es el mejor modo de disfrutar a pleno del entorno, no obstante, hacer caminatas por estas distancias no es tan fácil como suponen quienes se lanzan solos por los senderos extraviándose sin remedio.
Si bien Iruya invita al descanso y la meditación en su territorio dormido en el tiempo, también el asombro tiene cabida aquí a través de sensacionales cabalgatas y apasionantes expediciones de trekking.
Una de las más destacadas excursiones es la que conduce por los
Valles del Silencio permitiendo un encuentro directo con la vida natural y la propia esencia humana. Paisaje colorido, contacto con
culturas locales de raíz indígena pre-hispánica, se trata de un
trekking panorámico de altura que estremece todos los sentidos.
Y para aquellos que deseen conocer el interior del departamento, la única modalidad que lo permite es el
viaje a lomo de mula. Allí, el turista osado dará con el paisaje montañoso en toda su agresividad y magnitud.
Otro recomendable atractivo próximo a Iruya lo conforman las ruinas indígenas de
Titiconte, por su imponencia física y su gran importancia arqueológica.