Lujan, Buenos Aires
Espacio de conservación intacta de costumbres y tradiciones, la localidad de Luján se extiende en el noreste de la provincia de Buenos Aires integrando la región de las pampas e inundando el territorio de fe y espiritualidad. Turismo religioso y rural, constituye un destino de singular convocatoria, ideal para disfrutar en familia por su calidez.
Atravesada por el río Luján, la “Ciudad de la Fe” es reconocida a nivel mundial por su imponente Basílica de estilo gótico y su milagrosa imagen de la Purísima Concepción, visitadas año a año por miles de fieles que llegan en procesión de peticiones y agradecimientos. No obstante, su atractivo no se agota en ello.
Luján ofrece también un valioso
Complejo Museográfico Histórico compuesto por el Cabildo, la Casa del Virrey, el Museo del Transporte, y numerosas salas y colecciones; un área verde de tres hectáreas, excepcional para el esparcimiento y el descanso, denominada
Parque Ameghino; un
zoológico desbordante de naturaleza y actividades; y una
plaza histórica que, tras varias mutaciones, se ha dado a llamar
Belgrano en honor al General.
Almacences de campo, restaurantes con gastronomía criolla, espectáculos de doma y folklore, y acogedores establecimientos rurales prometedores de las más satisfactorias experiencias, completan la cartelera de
Luján conformando una magnífica propuesta de
Turismo Rural, pionera en
Buenos Aires y el país.
Así de variada, serena y cautivante,
Luján invita a conocerla con la certeza de nunca ser olvidada.
Turismo Religioso en Lujan
Conocida como la “Ciudad de la Fe”, Luján ostenta la majestuosa Basílica Nacional y el Camarín de la Virgen, convocando permanentemente a miles de fieles que llegan hasta este punto de las pampas bonaerenses con el fin de cumplir promesas, agradecer favores y realizar peticiones.
Luján nació a raíz de la milagrosa decisión de la Virgen de permanecer en una zona rural donde nada existía hasta entonces, más que estancias distanciadas ampliamente entre sí. Según cuenta la leyenda, corría 1630 cuando dos imágenes de la Virgen – una correspondiente a la Purísima Concepción, y otra bajo el título de Madre de Dios presentando al niño Jesús dormido entre los brazos – eran transportadas en carreta con destino a Sumampa, Santiago del Estero, donde el hacendado portugués Don Antonio Farías de Sáa esperaba a la Inmaculada erigiendo una capilla en su honor.
No obstante, detenida la carreta a orillas del
Río Luján para descanso de los troperos, ya no querría volver a marchar. Tras inútiles intentos, los bueyes sólo se moverían una vez descargado el cajoncito que contenía la imagen de la
Purísima Concepción, entendiendo los presentes que la Virgen debía quedarse en aquel paraje. Fue así, alrededor de ella, que Luján se fue poblando, atrayendo a multitudes y convirtiéndose en un centro espiritual de suma importancia para Argentina y el mundo.
Todos los años se realizan dos
peregrinaciones de alto valor religioso hacia la magnífica Basílica. Una de ellas es la de los
jóvenes, que tiene lugar la primera semana de octubre, cuando miles llegan a pie desde distintas localidades; la otra es la
peregrinación gaucha a caballo, la cual se realiza desde 1940 durante la segunda quincena de septiembre contando con la afluencia masiva de fieles.
Otro atractivo de
Luján cubierto de fe y misticismo lo constituye
el Museo Devocional de la Virgen, ubicado en el primer piso del
Descanso de los Peregrinos. En él se exhiben más de cinco mil piezas ofrecidas por los creyentes en gratitud a la Virgen. Mientras la
Abadía de San Benito cautiva desde el cercano poblado de Jáuregui invitando al silencio y la reflexión.