Pueblo Liebig, Entre Ríos

Con un pasado glorioso ocupando las páginas de su existencia, Pueblo Liebig persiste en el centro este de Entre Ríos, bien cerquita de la ciudad de Colón oficiando tanto de excursión histórica y recreativa, como de destino turístico. Playa, pesca, historia y una cultura lugareña atrapante son los principales aspectos que hacen atractivo a este pequeño rincón provinciano.

Liebig tuvo su origen en 1903, a raíz del emprendimiento encarado por una compañía inglesa dedicada a la elaboración de extracto de carne. Esta empresa fue la responsable del trazado urbano del asentamiento con su característico estilo inglés del siglo XIX, que aún hoy atrapa por su particular apariencia. Detalle significativo de esta arquitectura es la manga por la cual los animales pasaban del campo a la fábrica, y que con su estructura separa incluso actualmente lo que fuera el barrio obrero “El Pueblito” del sector de residencias del personal jerárquico denominado “La Hilera”.

Pueblo Liebig, Entre Ríos

Pero el encanto turístico de Liebig va más allá de su pasado promisorio y trunco. El Club de Pescadores, emplazado a orillas del río Uruguay, invita al deleite de sus cálidas y limpias playas, así como a la afortunada pesca deportiva; mientras el Mess, hotelcito donde se alojaban los visitantes de menor nivel; la lujosa Casa de Visitas que alguna vez albergó al Príncipe de Gales; y la Capilla del Sagrado Corazón, última obra de los ingleses en este pedacito entrerriano, dibujan el circuito de edificios históricos que ningún turista puede dejar de admirar.

El Centro de Interpretación Audiovisual, el museo local, la biblioteca, la colección de mariposas e insectos del Dr. Zelich, el zaguán de exposiciones artísticas, la Ermita Santa Rita y el Muelle de Pasajeros, completan la propuesta turística de Liebig atrayendo visitantes desde las ciudades receptivas de los alrededores.


Historia de Pueblo Liebig

La historia de lo que hoy conocemos como Pueblo Liebig se remonta al último cuarto del siglo XIX, poco después de que el Gral. Urquiza fundara Villa Colón, actual ciudad cabecera del departamento. Un pequeño saladero, propiedad del Sr. Apolinario Benítez, originaba por entonces a su alrededor un poblado precario que se convertiría en precursor de la localidad. Sin embargo, el verdadero impulso al asentamiento tardaría hasta los años póstumos del siglo, cuando -a raíz de un descubrimiento que revolucionaría el mercado cárnico- capitales ingleses llegaran hasta este rincón entrerriano para fundar la Liebig’s Extract of Meat Company Limited.

Pueblo Liebig, Entre Ríos

En 1903, el saladero O' CONNOR sería comprado a la Sociedad Argentina de Carnes cambiándose su nombre por el de "Fábrica Colón", e iniciándose allí la producción de extracto de carne y corned beef. Hacia 1910 la expansión del frigorífico se describiría como impresionante, con una posesión de 44.000 hectáreas en Entre Ríos, Corrientes y Misiones. En los medios porteños se referirían al emprendimiento como la "Cocina más grande del mundo", considerando que en dicha época y hasta la década del '50, se faenaban 1.500 animales diarios, en fajinas que duraban seis meses por año; y la ocupación alcanzaba a 3.500 obreros en turnos diurnos y nocturnos.

El momento de mayor auge comercial y económico para la empresa se daría en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, debido a la gran demanda de alimentos existente en los países centrales, y a la producción local de carne en conserva que se embarcaba a Gran Bretaña directamente desde el puerto instalado sobre el río Uruguay. Pero acabado el conflicto bélico, las modificaciones de la legislación de la Unión Europea, los cambios tecnológicos y los nuevos gustos del mercado impulsarían la decadencia del producto.

En 1970 la fábrica cerraría por un año, abriendo nuevamente bajo la firma FRICOSA. Finalmente sería vendida a la firma Vizental, que alimentaría a 2.500 familias, luego a menos de 100, hasta que sus importantes instalaciones acabaran desmanteladas y vendidas. Liebig, estructurada desde sus orígenes en torno al frigorífico, pasaría a depender de su atractivo como producto turístico, erigiéndose incluso frente a la plaza un monumento a la lata de corned beef como símbolo del pueblo.