Villa Castelli, La Rioja

Pequeño caserío interno al Departamento Gral. Lamadrid, Villa Castelli aparece como un tranquilo punto de partida hacia magníficos reservorios del pasado. Es desde el cementerio que parten dos caminos de sumo interés turístico: uno conduce al Cerro del Toro, a través de una huella de 2Kms. que accede a la hondonada conocida como “Rincón del Toro”.

Villa Castelli, La Rioja

Allí, en lo alto, hay petroglifos, restos de población y una fortaleza indígena del Siglo VII que habría pertenecido a la cultura Aguada. El otro sale por el sur recorriendo senderos de tierra que llevan hacia los Cerros del Infiernillo por una huella de 17Kms. que asciende a las Sierras de Famatina y llega hasta una mina abandonada, a 2.300 metros de altura, desde donde se obtienen impresionantes panoramas.
Existen en el lugar guías dedicados a orientar al turista en las excursiones de mayor dificultad. El visitante se sorprenderá además con la comodidad del alojamiento y la delicia de la gastronomía local, propias de la calidez de La Rioja.


Circuito del Bermejo en Villa Castelli

Abarcando el oeste de la Provincia de La Rioja, el Circuito del Valle del Bermejo es uno de los itinerarios más apasionantes para los visitantes que deseen deslumbrarse con la imponencia de las bellezas naturales que ostenta esta región del cuyo argentino.

Brindando la posibilidad de encontrarse con el Parque Nacional Talampaya, llegar al majestuoso Valle de la Luna, en la vecina provincia de San Juan, y descubrir la no menos sorprendente Laguna Brava, este recorrido también se salpica con algunas ciudades y pequeñas comunidades que brindan los servicios necesarios para una agradable estadía en la zona.

Con un relieve que se modifica a cada paso, cambiando su morfología y tonalidad, este circuito colmará todos los anhelos de quienes los elija.

Patquía
A 76 kilómetros de La Rioja Capital
Localidad en la que se entrecruzan cinco rutas que recorren la Provincia de La Rioja, Patquía es un destino cuyano capaz de sorprender a sus visitantes con su sencillez y la calidez de sus habitantes.
Un gran cartel que indica el nombre de este “cruce de caminos” le da la bienvenida a sus visitantes, invitando a recorrer sus calles y maravillarse con la serenidad que la invade. Casas bajas forman el conglomerado urbano, que incorpora arboledas para romper con la aridez del paisaje: el único edificio que se destaca por su altura es la majestuosa Iglesia, con una torre central en la que ubica el campanario.

Patquia

El ambiente agreste y rústico de esta porción riojana es el indicado para el cultivo de dátiles. Este fruto proviene de una palmera que encuentra excelentes condiciones para su desarrollo, originando verdaderos oasis productivos. Cada año la Fiesta Provincial del Dátil reconoce la importancia del cultivo para esta región.
Desde Patquía parten excursiones que recorren diversos atractivos cercanos: el Parque Nacional Talampaya; las Sierras de Paganzo; y los cercanos Mogotes Colorados invitan a admirar los paisajes únicos e imponentes que tapizan el centro-oeste riojano.

Parque Provincial El Chiflón
A 70 kilómetros de Patquía
Ubicado en el camino que conduce a las bellezas de Talampaya, el Parque Provincial El Chiflón aparece sobre la Ruta Nacional N° 150 para regalar naturaleza en estado puro y muchas sorpresas más. El visitante que llegue hasta esta área protegida se encontrará con restos de troncos petrificados, areniscas talladas por la erosión eólica, madera fosilizada, piedras de los colores más variados, petroglifo, morteros comunitarios y una sucesión de 14 recintos circulares y semicirculares que sirvieron de pucarás para los habitantes originarios. En la actualidad se pueden recorrer tres circuitos, con la compañía del guardaparque, para disfrutar de todos los tesoros que cobija este pedacito de tierra riojana.

Valle de la Luna, Pcia. de San Juan
Aprox. a 120 kilómetros al oeste de Patquía
Sorprendente paisaje desértico plagado de formaciones arcillosas, e impregnado de historia y geología, el Parque Provincial Ischigualasto, más conocido como Valle de la Luna, se extiende a lo largo de más de 60 mil hectáreas, a unos 300 Kilómetros de la ciudad de San Juan, arrogándose el papel de principal atractivo turístico de la provincia cuyana.
En el período Triásico de la Era Mesozoica, esta región constituía un inmenso lago, rodeado de frondosa vegetación, que funcionaba como hábitat de una gran variedad y cantidad de especies. En la actualidad, todo lo que puede verse es desierto. Un enorme, magnífico y multiforme desierto. Fue aproximadamente hace 60 millones de años que las masas rocosas de las Cordilleras de los Andes apretaron a la zona de Ischigualasto contra las Sierras Pampeanas (Valle Fértil), poniéndolas al descubierto y exponiéndolas a los agentes erosivos. De este modo, la naturaleza por sí misma ha tallado las más asombrosas siluetas que la mente humana ha relacionado con cosas de la vida cotidiana.
“El Gusano”, “La Esfinge”, “El Submarino”, “El Hongo”, son algunas de las más atrayentes formaciones del Valle de la Luna, destacándose aún más la casi inexplicable “Cancha de Bochas”, una superficie sumamente plana sobre la que yacen esferas perfectamente pulidas en forma circular, conformadas por el mismo material del suelo. El Valle Pintado, un entorno de suaves lomadas con capas de colores ocres, violáceos y gris ceniciento, donde se han hallado los restos fósiles más importantes; y el Paisaje Lunar, que encanta la mirada de todo aquel que se acerca a este sitio casi mítico; adicionan seducción al ya fascinante Valle de la Luna.
Bellezas inigualables, sensaciones indescriptibles, experiencias inolvidables, el atemporal Valle de la Luna, San Juan, resiste constantes mutaciones que lo tornan un espacio único siempre válido de volver a visitar.

Villa Castelli, La Rioja Las Geoformas
Las geoformas constituyen los rasgos sobresalientes del paisaje del Valle de la Luna. Producto del desgaste diferencial de las distintas clases de rocas, estas extrañas y encantadoras formaciones reciben sus nombres de las relaciones que la mente humana ha hecho entre ellas y cosas de la vida cotidiana. Algunas de ellas se describen a continuación:
Cerro Morado: constituido por grandes capas de basaltos, domina el paisaje con sus 1.400 metros de altura sobre el nivel del mar. Su observación, tanto desde el este como desde el oeste, lo asemeja, según la interpretación popular, a un indio acostado con la cabeza dirigida hacia el norte.
Cancha de Bochas: consiste en una superficie sumamente plana sobre la que yacen esferas perfectamente pulidas en forma circular, conformadas por el mismo material del suelo. Aún no se comprende el proceso de conformación de esta maravilla.
El Hongo: es una clara muestra de la erosión diferencial, arenisca dura arriba y arcilla blanda abajo. Composición a la cual se debe la más rápida erosión de la parte inferior, lo que provoca la apariencia que le da nombre.
Valle Pintado: por su semejanza con un paisaje lunar, recibió en un momento el nombre de Valle de la Luna, término que se hizo extensivo a toda el área. Compuesto principalmente por arcillas y cenizas volcánicas, junto con arenas y otras clases de rocas, ha respondido de una manera muy peculiar al ataque de los agentes erosivos, dando por resultado un paisaje de suaves lomadas con capas de colores ocres y violáceos intercalados entre el gris ceniciento. Es aquí donde se han hallado la gran mayoría de los fósiles.
El Gusano, La Esfinge, El Submarino, son otras de las más destacables geoformas que brindan su atractivo al mítico y fascinante Valle de la Luna.

Parque Nacional Talampaya
A 130 kilómetros de Patquía
Reconocido por la UNESCO como Patrimonio Natural de la Humanidad, el Parque Nacional Talampaya, se alza en las serranías bajas hacia el oeste de la provincia de La Rioja, allí donde existía desde 1975 una reserva provincial, exhibiendo su gran belleza paisajística, y sus tesoros arqueológicos y paleontológicos.
Extendiéndose en una superficie de 215 mil hectáreas, constituido por enormes y extrañas formaciones, producto del paso del tiempo y la acción de los agentes erosivos, y envuelto por un halo de misticismo que alimenta su atractivo, Talampaya ostenta imponentes cañadones de rectos y altos paredones, en los cuales se descubren las imágenes del Monje, el Rey Mago, La Torre, entre otras.

Talampaya Con una flora predominante arbustiva, rala y achaparrada, este río seco del tala, como reza su nombre en voz quechua, presenta enormes dimensiones prácticamente desprovistas de vegetación, mientras la mayoría de las plantas dispersas en el territorio se arrogan bondades terapéuticas. Sobre los cauces temporarios se desarrollan bosques abiertos con algarrobos, y en la zona de Los Cajones, molles de beber.
Protector de especies autóctonas, el Parque resguarda y es hábitat de animales como el guanaco, la liebre mara, cuises, vizcachas, zorros, hurones, ardillas de las sierras, y el pichi- llorón y el pichi- ciego que se hallan en peligro de extinción; siendo un espectáculo imperdible de presenciar, el vuelo del Cóndor Andino sobre el Cañadón de Talampaya.
Valor paisajístico, geológico, paleontológico y arqueológico, el Parque Nacional Talampaya se caracteriza además por resguardar una muestra representativa del monte, un ambiente desértico únicamente presente en Argentina, así como el retamo, la chica y la verdolaga.
No obstante sus maravillas naturales, la importancia de Talampaya también reside en su riqueza histórico- cultural, presente principalmente en los grabados figurativos -antropomorfos y zoomorfos- y abstractos -geométricos diversos-, realizados por hombres que habitaron la región miles de años atrás.
Trekking, safaris fotográficos, paseos contemplativos, avistajes, y toda actividad que imagine vivir en contacto con la naturaleza, el Parque Nacional Talampaya constituye un destino obligado en su visita a La Rioja.

Pagancillo
A 35 kilómetros al sur de Villa Unión
Pintoresco pueblito interno al Departamento Coronel Felipe Varela, Pagancillo aparece como el asentamiento más cercano al Parque Nacional Talampaya. Punto estratégico de acceso a los principales receptores turísticos de la provincia de La Rioja: el Talampaya, la Cuesta de Miranda, y Villa Unión, este poblado se prepara con servicios y comodidades para satisfacción del turista.

Pagancillo Pagancillo toma su nombre del vocablo quechua “Paganzo”, cuyo significado en diminutivo parecería ser León Chico, pero también se lo reconoce como “Tierra Colorada”. Dueño de un relieve característicamente plano con algunas elevaciones de escasa altura, y atravesado de nordeste a sudoeste por el Río Quirquincho, Pagancillo recibe al turista cálidamente en sus pequeños hospedajes así como en algunas viviendas familiares destinadas a tal fin.

Villa Unión
A 75 kilómetros de Patquía
Corazón del Valle del Bermejo, la agradable Villa Unión se caracteriza por su ambiente de pesca deportiva maximizado en el Dique Villa Unión y sus hectáreas de agua. La ciudad además cuenta con diferentes atractivos naturales y culturales: “La Isla”, formación rocosa con importantes petroglifos de civilizaciones precolombinas; “El Mirador”, ubicado en cercanías al centro urbano y desde donde puede vislumbrarse el Río Bermejo; “Bajada Florida”, mágico lugar a orillas de aguas fluviales.

Villa Unión Viñedos y bodegas, hotelería y exquisiteces gastronómicas, completan la propuesta de Villa Unión, terreno de trascendente importancia para el desarrollo del turismo aventura en la provincia de La Rioja.
Cercan su territorio la magnífica Reserva Natural de Vicuñas de Laguna Brava, el Parque Nacional Talampaya provisto de espléndida originalidad, y la Cuesta de Miranda erigida hacia el este.

Vinchina - La Rioja
A 60 kilómetros de Villa Unión
Parada previa al deslumbrante camino de cornisa llamado “Quebrada de La Troya”, la localidad de San José de Vinchina ostenta atractivos de extrema diversidad destinados a la satisfacción de las preferencias de los turistas más exigentes.

Vinchina En la ciudad misma puede visitarse el museo local, en tanto que el mayor atractivo se encuentra en las afueras conociéndoselo como La Estrella de Vinchina, un curioso terraplén de 30 metros de diámetro engalanado por una estrella de diez puntas compuesta de piedras de colores, y atribuida a la cultura Aguada.
El antiguo “Molino Harinero San Javier”, construcción de adobe erigida en cercanías del Río Vinchina y originaria de la época colonial, completa la propuesta de este poblado de La Rioja sin agotar sus encantos.

Jagüe
A 40 kilómetros de Vinchina
Ubicada en el oeste de la Provincia de La Rioja, y siendo uno de los últimos poblados de esta región, la comunidad de Jagüé aparece a orillas de la Ruta Nacional N° 76 desafiando el agreste paisaje que domina la región.
Unas pocas casas, bien separadas, se esparcen a lo largo de una calle y sobre un paisaje sorprendente: las barrancas de un río seco de montaña. Rodeado de la aridez propia de estas latitudes, regala una serenidad envidiable que combina el silencio y la máxima paz con la que un visitante se pueda encontrar.
Transitando unos kilómetros desde Jagüé, varios tesoros naturales esperan la llegada de viajeros aventureros y que ansían el contacto con los tesoros que la naturaleza le regaló a este pedacito de tierra riojana: la Reserva Laguna Brava y el Cráter Corona del Inca esperan hacia el noroeste con toda su imponencia.

Reserva Provincial Laguna Brava, La Rioja
A 110 kilómetros de Vinchina
Misteriosamente ubicada entre las altas montañas de la Cordillera de los Andes, la Reserva Provincial Laguna Brava invita a deleitarse con sus inconmensurables 4500 kilómetros cuadrados. Creada en 1980 para proteger a las comunidades de vicuñas y guanacos, toma su nombre de la laguna de deshielo más grande que existe en esta región oeste de la Provincia de La Rioja.
Una ruta aventurera hace que el acceso a la reserva deba realizarse en 4x4, tentando a los turistas con un trayecto emocionante. La travesía generalmente parte de la ciudad de Vinchina y se lanza entre formaciones montañosas de intenso color rojo, suavemente matizadas con pastizales amarillentos y transitadas por la fauna camélida.

Reserva Provincial Laguna Brava Elevándose lentamente desde los 2000 hasta más de 4000 metros de altura este paseo va descubriendo los paisajes impactantes del cuyo argentino. El fuerte viento y la lluvia esculpieron a la vera del camino una perfecta pirámide que sobresale de una de las laderas, regalando una de las tantas sorpresas que promete el itinerario.
El paisaje se modifica dejando atrás el agresivo relieve y dando lugar a redondeadas lomadas de arena que caen y se elevan entre quebradas. La soledad alcanza su máxima expresión, por ello una construcción con forma de iglú llama la atención de todos los visitantes: se trata de los refugios construidos en el siglo XIX destinados a resguardar a los arrieros que trasladaban ganado al vecino país de Chile.
Continuando el ascenso hacía la cordillera andina, la temperatura desciende aún más y el brillo del sol sobre las aguas de la Laguna Brava aparece. Custodiada a lo lejos por cerros gigantes como El Veladero, Bonete Chico y Pissis, desliza toda su hermosura abarcando 17 kilómetros de largo y cuatro de ancho. Su intenso azul cristalino; el rosado de los flamencos; los grises y dorados de las lomadas; el puro blanco de las altas cumbres, hacen de esta postal riojana un perfecto arco iris capaz de hechizar a quienes la admiren.

Cráter Corona del Inca
Aprox. a 170 kilómetros de Vinchina
El noroeste de la Provincia de La Rioja espera a sus visitantes para ofrecerle paisajes que se destacan por la belleza incalculable de su ambiente. El cráter Corona del Inca es uno de esos sitios y resulta imperdible para quienes ansíen el contacto con la naturaleza.
Conocido también como Inca Pillú, se encuentra rodeado por grandes cerros de arena que contienen una laguna de 350 metros de profundidad. El espejo de agua se forma por los deshielos de los penitentes que lo rodean, regalando un lago con bajas temperaturas y una hermosura difícil de superar en esta región de la Cordillera de los Andes.

Crater Corona del Inca El silencio impacta a quienes arriban a esta porción inhóspita pero encantadora del cuyo argentino; la flora y la fauna están ausentes, sólo se escucha el sonido del viento y el arrullo de las aguas azulinas que expulsan burbujas sin una razón aparente. Para admirar en detalle todo este espectáculo natural, la navegación se impone como una de las actividades más indicadas para disfrutar al máximo de este destino riojano.
Pero el recorrido para llegar a este rincón también es un atractivo en sí mismo. Quienes disfruten del turismo aventura pueden emprender esta travesía en 4 x 4 que recorre la impactante Reserva Provincial Laguna Brava y luego se lanza por senderos agrestes, bordeando las desafiantes montañas cordilleranas. Atravesando una geografía accidentada, quebradas, y ríos, el paseo también descubre a los gigantes cerros Veladero y Bonete con 6500 metros de altura. Pero realmente impresionante resultará el Volcán Pissis: majestuoso, se eleva hacía el cielo alcanzando los 6882 metros.
Dejando atrás a las descomunales formaciones, las lomadas de arena anticipan que el destino de este viaje está muy cerca. El intenso azul de la laguna comienza a descubrirse entre los picos que bordean el cráter…sólo queda deleitarse con la exquisitez de estas postales argentinas.