Zapala, Neuquén

Nacida en el centro mismo de la provincia de Neuquén, allí donde se cruzan los caminos convirtiéndola en paso casi obligado hacia cualquier destino turístico neuquino, la ciudad de Zapala seduce a los visitantes con su compleja infraestructura de servicios. Recorridos por el centro urbano, excursiones hacia magníficos atractivos poco distantes, comodidad y satisfacción, es definitivamente válido detenerse a conocer este bello paraje.

Zapala es la tercera ciudad en importancia de la provincia del Neuquén, con sus 30 mil habitantes aproximadamente. Ubicada en el centro del territorio es un verdadero nudo de comunicaciones. Esta accesibilidad al noroeste, a los pasos fronterizos, a la zona de bosques y lagos, a las áreas mineras y ganaderas, la han transformado en un centro receptor, distribuidor y transformador de materias primas regionales, así como en un interesante lugar de paso y descanso para los viajeros.

Zapala, Neuquén

En su centro urbano, cuenta con dos museos de gran valor por sus muestras, uno es el Museo Municipal, el cuál brinda al turista una galería histórica con fotografías, indumentaria y artefactos de la época, y el segundo es el Museo Mineralógico de gran importancia en Sudamérica.

Excursiones a espacios recreativos como el Arroyo Covunco y el parque de nieve Primeros Pinos; hoteles de una, dos y tres estrellas; un camping organizado; restaurantes, confiterías, bares y casino; cine- teatro, sala de artes y ferias artesanales completan la propuesta de Zapala, una ciudad que es paso y destino.


Parque Nacional Laguna Blanca en Zapala

Engalanado por un paisaje extrañamente volcánico, el Parque Nacional Laguna Blanca, situado hacia el noroeste de la provincia de Neuquén, en cercanías a Zapala, fue creado en el año 1940 con la consigna de conservar este importante espacio de nidificación del cisne de cuello negro. Extendiéndose en una superficie de 11.250 hectáreas, e integrando el listado de Humedales de Importancia Internacional, este parque resguarda formas de vida acuáticas y terrestres, así como variadas especies endémicas.

El rasgo más característico de este Parque Nacional es el cuerpo de agua conocido como Laguna Blanca, el cual aparece enclavado entre cerros cónicos, de pendientes suaves y bardas de paredes abruptas, que sirven de hábitat a aves de presa como el aguilucho y el halcón peregrino. La laguna, de 1.700 hectáreas de superficie, es alimentada por los arroyos temporarios Llano Blanco y Pichi-ireco, y es visitada permanentemente por una variada avifauna acuática que conforma el atractivo primordial del Parque.

Zapala, Neuquén

La multitud de aves que frecuenta el Parque Nacional Laguna Blanca incluye flamencos, patos, chorlos, playeros, macáes plateados; mientras que entre los anfibios se destaca la rana acuática patagónica, endémica del lugar, y actualmente en grave peligro de extinción por la introducción de especies que predan sobre ella.

Las plantas del área protegida se caracterizan por ostentar púas, espinas, raíces profundas, y una baja estatura. Encuentran también su espacio entre las especies vegetales del parque comunidades terrestres típicas de la estepa, como arbustales, duraznillo, neneo y molle, y pastizales de coirón y gramilla.

Pero ello no es todo, este destacable Parque Nacional resguarda además un relevante patrimonio cultural de la región, consistente básicamente en sepulturas, herramientas construidas en piedra, y grabados sobre los paredones rocosos, pertenecientes a las antiguas comunidades aborígenes que habitaran en las costas de la Laguna Blanca.