Filial de la Basílica de San Juan de Letrán en Roma, fue consagrada en marzo de 1859. Hoy, es considerada Monumento Histórico Nacional, y entre las reliquias que atesora se encuentran imágenes como La Purísima (talla de fin de siglo), San Sebastián, Santa Rita de Casia (talla en madera negra hecha por los jesuitas), y Jesucristo Crucificado. En el ala izquierda, junto al altar mayor, se encuentra el Mausoleo con el féretro que guarda los restos del General Justo José de Urquiza. Realizado por el Luis Gonzaga Cerrudo, el mausoleo responde a características similares al propio de Napoleón y al de San Martín. Cuenta la historia que los restos estuvieron casi cien años en el interior de una pared en el sótano de la Basílica, hasta ser descubiertos en 1950, mientras se buscaban los restos de Ana y Juan, hermanos de Urquiza. La Basílica se alza sobre calle Urquiza, frente a la Plaza Francisco Ramírez.
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