Envuelta por un halo de misterio, la ciudad de San Ignacio resiste en el centro oeste de la provincia de Misiones encabezando la región turística de Las Misiones Jesuíticas y ostentando las ruinas con mayor valor histórico- cultural del circuito. Serenidad característica, profusa vegetación, aire puro y misticismo, esta localidad cautiva con su encanto a multitudes turísticas deseosas de encontrar en ella la purificación de la mente y el cuerpo.
San Ignacio es una mansa ciudad del interior cuyo eje turístico se centra en la existencia de vestigios del pasado jesuita- guaraní, así como en la majestuosa flora autóctona que se cuela por cada rincón y las propuestas de agroturismo. Paisajes apasionantes como el Peñón del Teyú Cuaré; acompañantes majestuosos como el río Yabebirí; y bellezas naturales desperdigadas en toda su extensión; San Ignacio es una típica ciudad de Misiones donde selva y tierra colorada interrumpen constantemente las modernas construcciones.
Propia de la región turística de Las Misiones, San Ignacio centra su propuesta turística en las ruinas de la más importante reducción jesuítica-guaraní de la zona: las ruinas de San Ignacio Miní. No obstante, el circuito se extiende por sitios cercanos y no tanto, donde vestigios del pasado conducen hacia intensas reflexiones. Así, las ruinas de Nuestra Señora de Loreto; las de Santa Ana; y las más lejanas, las de Santa María La Mayor, completan el itinerario religioso cultural más apasionante que pueda conocerse; mientras relatan las epopeyas de los sacerdotes, las persecuciones a los indígenas por parte de los cazadores de esclavos, y la sabiduría de antiguas civilizaciones denotada en la maravilla arquitectónica que supieron dejar como testimonio.