Puerto Iguazú, Misiones

Dueña del extremo norte de la provincia de Misiones, la ciudad de Puerto Iguazú conforma la región de las Aguas Grandes engalanada con los paisajes más encantadores y apasionantes que la naturaleza pudo haberle concedido.
Majestuosos saltos de agua, colores incomparables, exuberante vegetación, fauna increíblemente variada, melodías naturales, y mucho más, este edén de Argentina es digno de ser visitado por todos y en todo momento.

Puerto Iguazú se sitúa en proximidades a la desembocadura del río homónimo favorecida por su vinculación con Brasil a través del Puente Internacional “Tancredo Neves”, lo que sumado a sus privilegios naturales, ha motivado en ella el desarrollo de una importante infraestructura turística. Amplia gama de servicios de alojamiento, variado menú de cocina regional e internacional, centros de compra y una gran movida nocturna, todo armonizado por el clima subtropical húmedo característico de la zona, permiten la placentera estadía de los visitantes confirmando el posicionamiento de esta ciudad como centro turístico por excelencia.

Puerto Iguazú, Misiones

Su principal atractivo, las Cataratas del Iguazú, un paraíso terrenal que agota las tonalidades de verdes y rojizos dibujando paisajes imponentes, atrae inevitablemente a todo turista que pise suelo misionero, invitándolo a recorrer sus pasarelas especialmente preparadas para el descubrimiento de cada rincón. Localizadas en el Parque Nacional Iguazú, una de las primeras áreas protegidas de América, las cataratas resguardan la reserva de fauna y flora más importante del país y una de las más ricas del mundo en cuanto a su biodiversidad, constituyéndose como un espacio que ningún amante de la naturaleza puede dejar de conocer.

Amplia y bondadosa, la ciudad de Puerto Iguazú, Misiones, ofrece al turista otras variadas alternativas, entre las que destacan visitas a aldeas aborígenes de Mbororé e Yriapú; la casa de los pájaros; Hito Tres Fronteras; Orquideario del Indio; Complejo La Aripuca; Minas de Wanda; Andresito, todas poseedoras de bellezas diferentes aunque igualmente irrechazables.

Aventura, cultura y naturaleza encuentran su espacio ideal de realización en esta localidad de la provincia de Misiones, abarcando las más diversas actividades y convirtiendo las vacaciones en la región en una indescriptible vivencia de sensaciones.


Cataratas en Puerto Iguazú

Imponentes, desafiantes, majestuosas, admirables, no existe en lenguaje alguno la palabra capaz de describir completa y perfectamente este milagro de la naturaleza. Las Cataratas del Iguazú, situadas en el extremo noroeste de la provincia de Misiones, a 17 Kilómetros de la ciudad de Puerto Iguazú, constituyen uno de los privilegios naturales más atractivos de Argentina.

Visitadas permanentemente por miles de turistas que llegan hasta estos suelos desde todos los puntos del mundo, exhiben orgullosas sus bellezas incomparables ofreciendo a sus visitantes una amplia gama de actividades a desarrollar en el territorio anexo.

Puerto Iguazú, Misiones

Rodeadas por un marco salvaje y agreste de vegetación subtropical, las Cataratas del Iguazú brotan a 23 kilómetros de la desembocadura del río homónimo, alcanzando alturas que oscilan temerariamente entre los 50 y 80 metros. Compartidas con el limítrofe Brasil, la frontera inaccesible se dibuja en la fabulosa Garganta del Diablo, el más importante de los 275 saltos que caen estrepitosamente en infinidad de cascadas, deslumbrando las miradas atónitas y tentando al riesgo.

Modernas y laberínticas pasarelas permiten el descubrimiento de cada rincón de este paraíso en plena Misiones, aunque más aventurado aún resulta internarse en las mismísimas Cataratas a bordo de embarcaciones especialmente preparadas para tal fin. Adrenalina, vértigo y las más apasionantes sensaciones inundarán el alma en cualquiera de los caminos que se elija tomar en los alrededores de las Cataratas del Iguazú, por lo que es recomendable no omitir el trayecto de ninguno de ellos, y disfrutar sin restricciones de la frescura del agua y la perfección del paisaje.

El intenso y extenuante recorrido, a causa de la humedad del ambiente, no afecta la emoción de vivir esta satisfactoria experiencia que quedará guardada en la memoria exigiendo siempre la ansiada repetición.