General Pico, La Pampa
Segundo gran núcleo poblacional de La Pampa, la ciudad de General Pico se erige en el noroeste, en cercanías al límite con la provincia de Buenos Aires, instituyéndose como portal de ingreso a los atractivos propios y circundantes. Pesca, náutica, termalismo, sitios históricos y paseos relajantes conforman la propuesta turística local.
General Pico fue, en momentos de auge de los trenes, nudo ferroviario, lo que impulsó su desarrollo durante años. Y es actualmente, gracias a las rutas provinciales que la atraviesan, punto de paso, eje de un gran centro agropecuario, lo que permite que siga en caminos de progreso.
Entre sus atractivos aparecen la bella
Plaza San Martín, las tentadoras calles peatonales, el
Museo Maracó con su colección de 700 piezas, una reproducción del
cabildo bonaerense realizada en madera, el
Chalet de los Ingleses, y la deslumbrante
laguna de 150 hectáreas propicia para la práctica de los más diversos deportes.
Un tanto alejadas, las
Termas de Larroudé se mezclan en la cartelera piquense seduciendo al disfrute de tratamientos saludables, estéticos y descontracturantes. Estadía en el complejo o en la pintoresca ciudad de
General Pico, es válido hacer referencia a la excelencia de la hotelería, la gastronomía y los servicios en general.
Turismo en General Pico
Atravesada por rutas provinciales que posibilitan su fácil acceso, la ciudad de General Pico se alza en el noreste del territorio de La Pampa, convirtiéndose en una de las localidades más significativas para el turismo en la región. Naturaleza, historia, recreación y servicios, todo hace su aporte al desarrollo.
General Pico traza en su centro un llamativo circuito urbano que, entre otros espacios, contempla el descubrimiento de la bella Plaza San Martín, con la avenida que lleva su nombre y las tentadoras calles peatonales; el Cabildo construido íntegramente en madera, y en base a la edificación porteña; y el Museo Maracó, baúl de los recuerdos de la región.
A unos 5Kms del centro, una maravillosa
laguna de 150 hectáreas, seduce al desarrollo de aventurados
deportes náuticos, así como a la práctica de la serena
pesca. Un
camping y bajada de embarcaciones completan la oferta de este rinconcito natural.
Pero es más allá de sus límites donde el atractivo aparece en su máxima expresión. Hacia el norte, por ruta asfaltada, tras una hora de viaje, cuando se alcanza el magnífico
Complejo Termal de Bernardo Larroudé. Aguas ricas en cloruros, sulfatos, sales de sodio y potasio; piletas de natación; bañaderas con hidromasajes; fangoterapia; área de camping y cabañas en alquiler, conforman la propuesta que ningún turista puede eludir.