Inmensa en su belleza y pequeña en su dimensión, la ciudad de El Calafate aparece al suroeste de la provincia de Santa Cruz actuando como portal de ingreso al ventisquero majestuso Perito Moreno. Circuitos culturales, recorridos paisajísticos, turismo rural, pesca y aventura, esta villa turística extiende sus atractivos invitando a descubrirla rincón por rincón sin importar la época del año.
El Calafate, principal centro de servicios de la zona, recibe anualmente a miles de visitantes decididos a acceder al legendario glaciar atravesando la península de Magallanes. Atrancado en el Parque Nacional Los Glaciares, el Perito Moreno es el más famoso y accesible de los neveros de la región, pero no es el único. Otros bloques de hielo de gran atractivo dominan el área protegida, destacándose entre ellos el Upsala, el Spegazzini, el Onelli, el Agassiz y el Bolado.
Apostada dentro del Parque Nacional Los Glaciares, y a pocos kilómetros de la ciudad de El Calafate, esta mole de hielo conmueve y atrae a infinidad de turistas con sus movimientos, sus desprendimientos y la dinámica de sus imprevistos y atrapantes rompimientos. El Perito Moreno es el más reconocido y famoso, pero no es el único, comparte territorio con otros tantos ventisqueros, igualmente merecedores de visitas y halagos.
Declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 1981, el glaciar ha sido rodeado por un complejo sistema de pasarelas que bordea la península de Magallanes permitiendo la observación del atractivo de hielo desde las más diversas perspectivas. Y esta es una de las características que lo tornan el bloque más famoso: su visibilidad. Su ubicación a sólo 200 metros sobre el nivel del mar, permite llegar hasta su frente con facilidad, lo que no ocurre con otros glaciares de igual o superior extensión, a los cuales sólo es posible acceder tras un largo trekking o navegación.
A 11 kilómetros de El Calafate, allí dónde los paisajes sureños regalan sus mejores postales, los deportes invernales encuentran un lugar único para su desarrollo. Se trata de la Hoya del Chingue, un accidente geográfico en la montaña que funciona como recolector natural de nieve y se transforma en un escenario ideal para los amantes de la adrenalina.
Sobre este relieve con desniveles se alza el Parque Municipal de Nieve, un lugar imperdible para los visitantes que lleguen ansiosos por la práctica del esquí.
Este centro se extiende por tres kilómetros, exponiendo dos pistas intermedias; una difícil y otra dedicada a la modalidad extremo, colmando las expectativas de todos sus visitantes. También cuenta con una escuela de esquí para niños en la que los más pequeños aprenden los secretos de esta actividad.
Ubicado a 1280 metros de altura, su acceso está mediado por una aerosilla que llega hasta la cima y permite admirar hermosas vistas panorámicas del cristalino Lago Argentino. Dentro del predio se pueden alquilar equipos y disfrutar de una confitería y un restaurante.